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A: "Acabo de acordarme! Me han dado una dirección de correo electrónico en la biblioteca!"
B: "Ah, sí?"
A: "Estaban repartiendo direcciones a los sin-techo, así que me pillé una"
B: "Que buena idea! Un sitio para que puedan encontrarte posibles empleadores! Has enviado un C.V.?"
A: "Aha, pero todavía no ha picado nadie"
B: "Que raro, cual es tu dirección?"
A: loco@categoria_callejero
 
Internet y el mercado. La comunicacion, el comercio, la libertad y los cimientos del Nuevo Orden Mundial S.A. via Donna Haraway 

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narrativas minimalistas de origen.
 
parábolas y paradojas 

Corriendo superé al primer guardián.
Entonces me sentí aterrorizado, corrí de regreso y le dije:

-Pasé por aquí corriendo mientras estabas mirando hacia el otro lado.
El guardián tenía la mirada clavada hacia adelante y nada respondió.
-Supongo que verdaderamente no debería haberlo hecho -le dije.
El guardián siguió sin hablar.
-¿Significa tu silencio permiso para pasar...?
 


Dr. Hofmann: A mí me impresionó profundamente Huxley. Tres años antes de su muerte, en 1960, Huxley me llamó por teléfono al laboratorio pidiéndome una entrevista y un almuerzo, a mí me alegró mucho esta invitación, porqué tenía conocimiento de sus obras "Las puertas de la percepción" y "Heaven and Hell" ("Cielo e infierno") y así efectivamente nos reunimos en Zurich, y él me contó que estaba trabajando en su novela "Island" ("La Isla"); y en esta novela, decía, se mencionaba una droga muy especial: en esta isla se describe cómo un entorno antiguo es impregnado por la tecnología moderna. Y en esta cultura hay una droga que juega un papel fundamental, la medicina moksha; se trata de la llamada medicina de la iluminación y esta medicina, en esta cultura utópica, es una medicina que se administra en tres ocasiones en la vida; la 1ª vez en el tránsito de la niñez a la pubertad, una 2ª vez en la crisis de la mediana edad, y finalmente poco antes de la muerte, esa, esta gran transición. A continuación, cuando Huxley terminó su libro, me lo regaló y me lo dedicó. Escribió: al Dr. Hofmann al descubridor original de la Mokshametzina. Y efectivamente, Huxley, aquello que describió en su novela, es lo que él ha vivido en su propia vida. Cuando ya estaba en el lecho de muerte -no hay que olvidar que padeció un cáncer muy doloroso- ya no era capaz de hablar; pues en el lecho de muerte, como digo, escribió unas notas para que las leyera su mujer, indicando 0,1 miligramos de LSD-IM. Su mujer sabía lo que significaba; ella le preparó esta inyección y él murió en paz. Esta experiencia tenía algo de conmovedora, porque con este acto Huxley mostraba que lo que él había descrito en su obra como un literato, como filósofo, era algo que él estaba dispuesto a vivir en su propia vida.