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inexpresar lo expresable

impuro diálogo

un proyectarse desesperado
de la materia verbal

memoria iluminada,
galería donde vaga
la sombra de lo que espero

abolición
de la arqueología
de los profetas
del futuro

 



el péndulo del metrónomo desaparece
su movimiento regular es reemplazado
por la marcha continua del cronómetro

"el ritmo en mis obras, proviene
de los efectos recíprocos y simultáneos
de elementos independientes
que intervienen en lapsos previstos
pero irregulares".

ataque violento de las percusiones,
se filtra un ametrallamiento
de ruidos industriales metálicos:
fricciones perforantes,
soplidos azotantes,
trituraciones ácidas,
sobreagudas.


rugido de voces, imprecaciones
«¡Cabrones!», silbidos
que no disminuyen

Varese: («ni siquiera quisieron escuchar»).
 


ansiedad de exposición
al ojo maldito del otro

no espero a nadie
ni siquiera a un recuerdo

todo lo que debía desaparecer
todo lo perdido
hay que volver a encontrarlo

 



"no soy un escritor
soy una escritura"

residuos

creación de un espacio
ejercicio de un discurso

"solía detenerme sin decir nada.
ya porque no tuviera nada que decir.
ya porque a pesar de tener algo que decir
renunciase finalmente a decirlo..."

en un mundo enteramente inmanente
ya no tiene nada uno que decir u hacer?
 


utopía del cosmos

cada acorde es una molécula
que se puede disociar en átomos
y en electrodos sónicos,
pues no son, a fin de cuentas, más que ondas
de la energía sónica ommnipresente
que irradia todo el universo

como los rayos cósmicos que el doctor Millikan
llama “los vagidos de recién nacidos
de los elementos fundamentales:
helio, oxígeno, silicio, hierro”…

"Querría algo que dé la impresión
del Desierto de Gobi…"

Varese, ¿ante qué dilema me ha situado usted?
 


constelaciones, ideogramas

tiendas negras de los nómades
en el desierto

espacio, proyección

música nunca oída
música para los ojos
música nunca vista

armónicos del fuego,
dedos en la punta de las palabras.