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donde la correción política ha obtenido sus mayores triunfos es en el campo de la historia.
la lectura de la historia nunca es estática. se deben hacer continuas revisiones. no existe la última palabra. y ¿quién pone en duda que todavía queda mucho por revisar en la historia de la conquista europea del continente americano? su esquema fue imperial: el avance épico de la civilización contra la barbarie: el conquistador trajo la cruz y la espada, el piel roja retrocedió ante la caballería y el ferrocarril. el destino manifiesto. el mito del americano blanco en el siglo XIX. poco después de que el mito calara profundamente en la cultura popular se convirtió en la mejor justificación para el saqueo, el asesinato y la esclavización de los pueblos y el destroso de la naturaleza.

por lo tanto ahora, como reacción, se inventa el mito opuesto.
el hombre europeo, que había sido el héroe de la conquista americana, se convierte en el demonio; y las víctimas, a las que no puede devolver la vida, son canonizadas. ¿si los pobladores de América, desde la Patagonia a los Grandes Lagos, no hubiesen sido conquistados por los europeos, no vivirían todavía en el paraíso? ¿no somos nosotros mucho peores que ellos?

quizás sí, hasta cierto punto. la llegada de los españoles al continente fue una catástrofe terrible, si se aceptan las cifras presentadas por David Stannar en su libro American Holocausto: Columbus and the Conquest of the New World, el genocidio podría haber sido incluso mucho mayor que el cometido por Hitler.

¿podemos decir que Colón es el culpable? en un sentido general y emblemático, sí, porque él llevó Europa a América. en términos de culpa personal, no, porque no planeó las masacres gigantescas provocada por la espada y las enfermedades. pero, con todo, sigue siendo el más grande de los exploradores atlánticos. su único rival en la historia fue el capitán James Cook, un hombre con la misma valentía pero mucho más racional y humano. Cook nos parece más cercano porque era un inglés de la Ilustración, y hasta cierto punto todavía hablamos en parte su lenguaje moral. Colón es muy remoto, porque proviene de una cultura escatológica, la de España en el siglo XV, con sus obsesiones divinas que no compartimos. en los tiempos de Cook había una diferencia, expresada en sus propios logros, entre descubrimiento y conquista. en la época de Colón no había ninguna.

las pruebas históricas también muestran que los pueblos de América se las habían apañado bastante bien durante siglos, y quizás milenios, cuando se trataba de asesinatos, torturas, materialismo, ecocidio, esclavismo y hegemonía sexista. podemos preocuparnos del futuro de la lechuza moteada, pero los primeros hombres que llegaron a la América prehistórica no tuvieron reparos en acabar con la megafauna, cosa que consiguieron en poco tiempo. la civilización de los mayas, la más grande en América Central antes de Colón, alcanzó su cumbre entre el 250 y el 900 de nuestra era, momento en el que se produjo un extraño hecho conocido como el hiato maya. se hundió, nadie del exterior los había conquistado. sin embargo, excavaciones recientes y el lento trabajo de descifrar jeroglíficos indican que se desplomó a consecuencia de incesantes guerras civiles entre los caciques que pronto acabaron con la economía y ecología del imperio maya. los mayas se hundieron por un colapso ecológico autoinducido, provocado por su devoción a guerras imposibles de ganar que se sostenía a sí misma por una obsesión dotada de una ideología: la idea del dios rey trascendente, considerado por sus súbditos como la encarnación de todo el universo.

la mesoamérica precolombina no era el paraíso idílico que nos pintan los enemigos de Colón. no se puede subir a la pirámide del Sol en Teotihuacán, cerca de Ciudad de México, y mirar la vasta perspectiva simétrica de la avenida de los Muertos sin notar que la sociedad que la edificó era un estado teocrático cuya rigidez hubiese querido para sí Albert Speer (o el Lalo en todo caso). la cultura azteca era mesiánica, invasora e imperialista; lo era desde que los aztecas llegaron del norte y mataron o esclavizaron a los habitantes de la región que hoy ocupa la Ciudad de México.

fue un destino cruel acabar esclavizado por los regidores españoles del siglo XVI. pero tampoco era broma ser uno de los miles a quienes los sacerdotes aztecas de Tenochtitán les arrancaban el corazón para que el sol saliera por la mañana. los españoles quemaron casi todos los registros escritos de la historia azteca, excepto unos pocos códices. pero los aztecas, cuando conquistaron México central, también destruyeron todos los registros de las sociedades anteriores, para que no pudiese existir una historia anterior a ellos.

la necesidad de buenos y malos absolutos está muy arraigada en todos nosotros, pero convierte la historia en propaganda y niega la humanidad de los muertos: sus pecados, sus virtudes, sus esfuerzos, sus fracasos. preservar la complejidad,y no aplastarla bajo el peso de una moralización anacrónica, es parte de la tarea del historiador.

robert hughes, la cultura de la queja, 1993, pp. 131-135
 


meses atrás fue Phillip Brophy con su anti-epifanía en la Wire, en donde vertía algunas opiniones heterodoxas sobre Johnny Cage, también Stockhausen, a pesar de haberse influenciado por sus teorías, diría que Cage tenía cero instinto musical (y también: "el no tiene visiones interiores, nunca escucha... es un shock en la historia de la tradición europea que alguien como él pueda ser llamado un compositor"). leyendo minuciosamente el útil y atractivamente ilustrado libro de Andy Mackay, Electronic Music (1981), me divertí con una larga explicación de las ideas/técnicas/influencias de Cage seguidas de esta advertencia:

"la mayoría de los trabajos de Cage son un problema para el que escucha porque son tanto poco placenteros para oír como extremadamente aburridos. Cage es bien consciente de esto, siguiendo la línea moralista de que incluso un calvario así es bueno, en general, para las percepciones"

ahora cruzo al sucinto y profundo texto de Paul Griffith, A Guide to Electronic Music (1979), que comenta Cartridge Music de Cage:

"el resultado es una miscelánea de bizarros y muy poco disfrutables ruidos... la experiencia aural de Cartridge Music está destinada a ser algo así como una prueba..."

y sobre las composiciones abiertas/indeterminadas:

"están abiertas a que los performers hagan "hermosas" realizaciones, pero las grabaciones más auténticas, como las Variations II de David Tudor, obligan al escucha a aceptar pacientemente el aburrimiento"


entonces es oficial! John Cage: grosso, pero inescuchable; importante, pero una mierda.

mix del blog de simon reynolds

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el tecno a finales del siglo XX podría llegar a significar ineptos cantantes folk, mojigatos solitarios, pescadores sonámbulos y evangelistas cristianos en la pantalla de televisión por cable; podría ser la cafetería global del Spoken Word Unplugged de MTV, es decir, poesía para la generación que ha crecido bajo el influjo de la televisión ambiental, podría ser conferencias por Internet sobre adiestramiento para perros, o narración de historias en disco compacto. imaginemos pues, el uso más que probable de la ciudad cableada del futuro no como redes cyberpunk de música planetaria, sino como un campamento de alta tecnología en el que la gente se conecta para recordar la vida tal como era cuando no estaban conectados y convierten su aislamiento en algo que se parece a una comunidad.

david toop
, op. cit.

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y si algún día se llegara a comprobar que nosotros —los eternos penitentes del
futuro— hemos vivido en el mejor de los tiempos posibles!

y si nos llegaran a envidiar por nuestros millones de hambrientos bengalíes!

y si se llegaran a reír de toda nuestra insatisfacción, de toda nuestra miserable
conciencia como ahora se ríen de todos los caprichos pequeño burgueses!

y si llegaran a investigar minuciosamente cómo fue posible que nosotros hayamos
obtenido tanta libertad, tanto aire, tantas ideas!

elías canetti, aforismos, 1940
 


probablemente ustedes ya se saben el cuento de los monjes,
pero se los voy a contar de todas maneras.
iban caminando un día cuando llegaron a un río
en donde estaba esperando una jovencita
a que pasara alguien que le ayudara a atravesar el río.
sin vacilar, uno de los monjes la levantó en brazos
y la llevó al otro lado poniéndola otra vez en el suelo.
los dos monjes siguieron caminando y, después de algun tiempo,
el segundo, sin poderse reprimir, le dijo al primero,
"tú sabes que no nos está permitido tocar una mujer.
por qué levantaste en brazos a esa mujer
y la pasaste del otro lado del río?"
el primer monje le dijo: "ya ponla en el suelo. yo lo hice hace dos horas".

john cage, del lunes en un año, 1969, pp. 169-170
 


los juicios morales y las categorizaciones opositivas impuestas sobre el ruido y el silencio, o el hombre y la máquina, no están tan claras en Japón. Karl Taro Greenfield, tratando de entender el otaku -jóvenes tecnócratas fanáticos que coleccionan información porque sí, sin razón alguna-, concluye en su libro Speed Tribes que: "los japoneses mantienen una relación con su tecnología distinta de la de los occidentales. sencillamente consideran a su PC o su televisión como un objeto más, como una roca o un árbol o un kimono, que pertenece a la naturaleza y, por tanto, a ellos" debido a eso, encontrarse con rarezas tales como altares o santuarios llenos de cepillos de barrer no es algo extraño en el Japón, ni tampoco que los sacerdotes budistas recen por los microchips estropeados. todo es Buda.

el diseño del sonido juega un importante papel en ese constante movimiento que caracteriza a las calles japonesas y a los espacios públicos, pero lo que sucede es que la naturaleza es codificada dentro de microchips y el mundo vaporoso de la naturaleza -cuya muerte lamentó Jun'Ichiro Tanizaki-, es agredido con niveles de ruido de una apabullante insensibilidad. las señales de tráfico emiten sonidos de pájaros o tocan canciones folk grabadas con sintetizador; en los túneles resuenan murmullos de riachuelos; las puertas automáticas del "tren obús" Shinkansen emiten melodías de juegos de ordenador; barahúndas de gritos histéricos surgen del interior de los almacenes de rebajas; breves ciclos de música de ambiente son repetidos sin cesar en los supermercados, como para crear un tiempo límite subconsciente entre el momento de coger un carrito, escoger los alimentos y pasar por la caja; en las habitaciones de los hoteles suena sin cesar una música facilona de ascensor -múzoka- y, en los pasillos, Charmaine de Mantovani flota adormecedoramente como una nube.

no todos los japoneses aplauden sin quejarse ruidos dolorosos para los oídos como estos. Yoshihiro Kawasaki se dedica a grabar música ambiental en el laboratorio de diseño de sonido de NADI, en Kobe: "hay que empezar a pensar de nuevo en el sonido de la naturaleza. en la enorme estación de Osaka ponen cantos de pájaros por las mañanas. a veces el espectáculo resulta muy extraño, porque la gente se dirige a toda prisa al trabajo, sin hablar, caminando como robots. parece una escena surrealista".

david toop, frags de ocean of sound, 1995, en "las culturas del rock", pp. 138-139
 


el destino de la mujer es gobernar al hombre. no sevirle, halagarle ni depender de su guía. tampoco insultarle, despreciarle ni estereotiparle como agresor. los hombres gays y los artistas crean un reino apartado del poder de la mujer, pero la mayoría de los hombres exigen que las mujeres los dirijan y los relacionen con el inframundo de la verdad emocional.

uno de los descubrimientos más sorprendentes de mi vida se produjo cuando comprendí que las mujeres más fuertes del mundo no son lesbianas, sino mujeres heterosexuales que saben cómo manejar a los hombres. empezó con mi desilusión con Martina Navratilova, la niña mimada del mundo lésbico, que solía simbolizar para mi la nueva militancia atlética de mi generación de feministas. su rival Chris Evert, era la niña bonita católica, la beatita a quien yo aborrecía, ya que era todo lo que las que habíamos sido criadas en los cincuenta se suponía que teníamos que ser. sin embargo, acabé por comprender que Chris era la más fuerte de las dos, que Martina tiene una vena infantiloide y que ese infantilismo es inseparable de su lesbianismo.

en momentos clave de partidos importantes, Martina echaba un vistazo a las gradas y se encogía de hombros o sonreía avergonzada a Judy Nelson, su amante rubia y madura, que asentía y aplaudía como una profesora de jardín de infantes. eso me ponía enferma. ¿por qué la primera amazona de nuestra era necesitaba una figura maternal sustitutoria? cuando las cosas iban mal, Martina no podía disimular su autodesprecio; la máscara de fuerza se hacía anicos, y se ponía hecha un basilisco. mientras Chris Evert nunca tenía ataques de ira, ni se quejaba de las adversarias, ni culpaba a los árbitros. una señalización equivocada provocaba una mirada de acero, como mucho. Chris se comportaba como una adulta, aceptando la plena responsabilidad de su actuación y su comportamiento.

La elegante Chris Evert es mejor ejemplo para las jóvenes que Martina, cuya musculatura masculina hiperdesarrollada es una compensación de su interior de merengue.

camille paglia, frags de "vamps & tramps. más allá del feminismo",1992, 151-152
 


MIX_JACQUES ATTALI 2004_2006

¿por qué la mundialización volvería a dar sentido a Marx? Marx debe ser leído con independencia de lo que el marxismo hizo después de él, que fue una técnica para conquistar el poder en ciertos países mediante el control del aparato del Estado. Éste no era en absoluto el objetivo de Marx, quien se interesaba esencialmente por el desarrollo del capitalismo. Marx quería demostrar que el capitalismo tenía una vocación mundial y que el socialismo no tenía que llegar en un país concreto y en lugar del capitalismo, sino a escala universal y después del capitalismo. Hoy vuelve a tener actualidad porque la mundialización, ya prevista por Marx, ha reanudado su curso irónicamente al desaparecer el sistema soviético, que la había frenado en una parte del mundo. Marx no podía hallar toda su verdad hasta el fin de la usurpación soviética de su pensamiento.

puede producirse un rechazo y una parada de la mundialización, o bien la clase obrera mundial tratará de salir adelante a escala individual según lo que yo he denominado los hiper nómadas, plegándose a la clase capitalista para intentar sacar beneficio individualmente. En realidad, nuestra sociedad empuja hacia la aceptación individual de la esperanza del sueño capitalista.

si Marx debe regresar es, sobre todo, contra el marxismo, como un pensador libre que reflexiona sobre la mundialización y que entiende que ésta es, en primer lugar, una cuestion dialéctica entre el capital, el trabajo y la inteligencia.

creo que, con el tiempo, los hombres serán empleados de sí mismos, porque las empresas están desapareciendo físicamente. La gente trabaja en sus casas o en entidades diversas, y los individuos tendrán cada vez más una especie de multipertenencia a distintas empresas y a diferentes profesiones y deberán administrar sus vidas como si ellos mismos fueran empresarios. Esto planteará a las empresas una cantidad de problemas, porque la gente habrá dejado de ser fiel a sus empleadores para serlo a sí misma. Creo que cada vez más emergerá la idea de que cada uno dispone individualmente de su herramienta de trabajo: lo que se tiene en la cabeza, lo que se aprende, que será la clave.

hay que darles a los más pobres los medios para concretar sus sueños, para crear sus propios empleos. los ricos tienen interés en hacerlo porque es la única manera de evitar que el mundo les estalle en la cara. Deben evitar la violencia, porque la miseria es fuente de violencia y de frustración. La segunda razón, aunque a usted no le guste, es comercial: los pobres son un mercado. Las empresas comenzarán a comprender que es idiota pelearse para compartir un mercado de 800 millones de personas solventes cuando hay 4000 millones de pobres que sólo piden poder consumir. El desarrollo no es sólo un asunto de generosidad, sino también de egoísmo.

hoy tenemos tres formas de nomadismo. Primero, los nómadas ricos, que tienen acceso a las tecnologías del movimiento. El segundo grupo está formado por 3000 o 4000 millones de individuos que deben moverse sin cesar para poder comer y sobrevivir, que van del campo a la ciudad, de la ciudad a otro país y que, con enormes dificultades, cada vez se mueven más. Y, entre los dos, hay mil millones de personas de clase media, que son los lectores de nuestros diarios, los consumidores de productos masivos, un poco auténticos nómadas, porque viajan por razones turísticas, y un poco al límite del nomadismo de miseria, porque a veces pierden sus trabajos y se ven obligados a moverse

la globalización ya fracasó cuatro veces desde el siglo XVIII. Cada vez que se la intentó, encalló en el nacionalismo y en la guerra. Es posible que fracase todavía una vez más.

en las sociedades primitivas no se encuentra la monogamia; se encuentra la poligamia y la poliandria, por razones a la vez culturales y económicas. Hoy ya no hay una necesidad económica de la monogamia: la mujer trabaja; el mercado, que antes exigía la monogamia para organizar la acumulación y la transmisión de riqueza, se sirve ahora para eso del circuito financiero más que de la familia. La transmisión de la propiedad la hace cada uno por sí mismo y, por otra parte, cada vez más la gente vive la propiedad como algo inmediato, no como algo a transmitir. De modo que la justificación económica y cultural de la pareja monogámica dentro de la sociedad está en vías de desaparecer.

habría que llegar a colocar progresivamente un gobierno mundial, y en este sentido la actitud americana es, históricamente, comprensible. Quieren ser el poder en el gobierno mundial. De ahí a decir que van a asegurar la instalación de la democracia mundial por la guerra... ¿Por qué no? Nosotros los hemos necesitado a ellos para sacar a Hitler y quizás si los americanos hubieran intervenido Franco no hubiera muerto en su cama. Estados Unidos quiere ser el gendarme del mundo.
 


lo registramos todo, pero no lo creemos pues nosotros mismos nos hemos convertido en pantallas, y quién puede pedir a una pantalla que crea lo que registra? respondemos a la simulación con la simulación, nosotros mismo nos hemos convertido en unos dispositivos simuladores. hay personas actualmente (lo afirman los sondeos!) que ni si quiera creen en las naves espaciales!. ya no se trata aquí de duda filosoófica en cuanto al ser y a las apariencias, se trata de la profunda indiferencia al principio de realidad bajo el golpe de la pérdida de toda ilusión. todos los antiguos dispositivos de conocimiento, el concepto, la escena, el espejo, intentan ilusionar, subrayan, por tanto, una proyección verídica del mundo.

jean baudrillard, las estrategias fatales, 1983, pp.92-93
 


Oliver Stone ha sido frecuentemente acusado desde el estreno de JFK (1991) por periodistas e historiadores políticos por su tratamiento de los acontecimientos que rodearon el asesinato del presidente Kennedy. en parte, ello fue el resultado del "contenido" de la película. se lo acusó, entre otras cosas, de fomentar la paranoia al sugerir que el asesinato fue obra de una conspiración que involucraba a personas bien situadas en el gobierno de Estados Unidos. Pero además la película de Stone pareció borrar la distinción entre hecho y ficción al tratar un acontecimiento histórico como si no hubiera límites sobre lo que pudiera legítimamente decirse acerca de él, y por tanto poniendo en cuestión el propio principio de objetividad sobre cuya base se podría discriminar entre verdad, por una lado, y mito, ideología, ilusión y mentira, por el otro.

Al crítico de cine David Armstrong tampoco le gustó por otras razones, más de índole moral que artística "me preocupa la mezcla de escenas filmadas con material de archivo debido a que los espectadores jóvenes a los que Stone dedica la película podrían tomar sus conjeturas como la verdad tal cual". Armstrong sugiere entonces que las técnicas de edición de Stone podrían destruir la capacidad de distinguir entre un acontecimiento real y otro tan sólo imaginario. Todos los acontecimientos presentados en la película (sean producto de la evidencia histórica, basados en conjeturas o simplemente al servicio del avance de la trama o para prestar credibilidad a las fantasías paranoides de Stone) son presntados como si fueran igualmente históricos, lo que significa igualmente reales o como si hubieran sucedido realmente.

un acontecimiento como el asesinato del presidente John F. Kennedy inevitablemente continuará generando el interés de los aficionados a la historia y hasta de los historiadores en la medida en que se muestre relevante para las preocupaciones vigentes. de cualquier modo, todo intento de proporcionar una consideración objetiva del acontecimiento, sea ofreciendo abundantes detalles o ubicándolo en su contexto, debe tener en cuenta dos circunstancias: según la primera de ellas, el número de detalles identificables en cualquier acontecimiento singular es potencialmente infinito; y la otra es que el contexto de cualquier acontecimiento singular es infinitamente extenso o al menos no objetivamente determinable. (...) por lo cual, resulta perfectamente respetable retomar la tradición antaño honrada de representar los acontecimientos singulares, como el asesinato de Kennedy, en forma de relato y tratar de explicarlo narrativizándolo (fabulándolo), como hizo Oliver Stone en JFK.

hayden white, el texto histórico como artefacto literario, 1992, pp. 220-228