
"Cuando en el año 1913, en mi desesperado intento de liberar al arte del lastre de la objetividad me refugié en la forma cuadrada y expuse un cuadro que no consistía más que en un cuadrado negro en un campo blanco, los críticos y a la par que ellos el público suspiraron: Todo cuanto amábamos se ha perdido. Estamos en un desierto... Ante nosotros nos hay más que un cuadrado negro sobre un fondo blanco! Pero ese desierto está lleno del espíritu de la sensación no objetiva que lo impregna todo. Incluso yo me ví atenazado por una especie de timidez rayana en miedo al llegar el momento de abandonar "el mundo de la voluntad y la idea" en el cual había vivido y trabajado, en cuya realidad creí. Con una deliciosa sensación de liberación, la no objetividad me arrastró hasta ese "desierto" donde nada es real salvo el sentimiento... y así, este se convirtió en la esencia de mi vida. No era ningún "cuadrado vacío" lo que yo había expuesto sino el sentimiento de la no objetividad. El cuadrado=sentimiento, el campo blanco=el vacío allende este sentimiento." Kasimir Malevich (1878-1935) de su ensayo "El mundo no objetivo".
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