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parábolas y paradojas 

Corriendo superé al primer guardián.
Entonces me sentí aterrorizado, corrí de regreso y le dije:

-Pasé por aquí corriendo mientras estabas mirando hacia el otro lado.
El guardián tenía la mirada clavada hacia adelante y nada respondió.
-Supongo que verdaderamente no debería haberlo hecho -le dije.
El guardián siguió sin hablar.
-¿Significa tu silencio permiso para pasar...?