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En Thousand Years of Non-Linear History, podemos diferenciar tres aspectos para tratar la historia:
1. El campo de la reflexión histórica se amplía de la humanidad a los materiales brutos, no-humanos, el papel que juegan las rocas, las bacterias, las palabras en los procesos históricos, como materia que espontáneamente producen formas.
2. Al considerar estas nuevas variables "inhumanas", la historia humana se aprecia como la realidad frente a la virtualidad que representa lo inhumano y
3.La vieja diferencia humanista entre naturaleza e historia desaparece.
DeLanda describe tres campos que han jugado un importante papel en la historia humana y que amplía su enfoque en el sentido de considerar como algunos procesos históricos que anteriormente explicábamos mediante causas históricas son realmente expresiones de procesos no-humanos auto-organizados que han influido en el crecimiento de las ciudades de los últimos mil años. Estos campos son la geología, la biología y la lingüística (esta última considerada como humana pero que en realidad posee todas las características de los sistemas auto-organizados que encontramos en la naturaleza). La interacción de estos tres elementos como virtuales es lo que producen los eventos en la historia humana. DeLanda considera el urbanismo como el campo privilegiado de reflexión puesto que las ciudades en rápido crecimiento se asemejan mejor a los sistemas termodinámicos lejos del equilibrio que cualquier otra cosa en la historia humana. El isomorfismo entre los sistemas geológicos, biológicos y lingüísticos con la historia humana, se centra en tres perspectivas concernientes a las ciudades: primero, la perspectiva geológica se centra en el crecimiento de la economía urbana desde la interacción espontánea entre individuos e instituciones, así como el magma y la metereología determinan el crecimiento geológico de la Tierra. En segundo lugar, el punto de vista biológico que considera las ciudades como complejos super-organismos que viven de sus recursos ambientales y originan complejas interacciones entre humanos, animales y bacterias, así como los ecosistemas funcionan de igual manera autorregulándose. En último lugar, la historia lingüística de cómo los diferentes dialectos compiten y circulan de manera espontánea para dar lugar a las distintas lenguas nacionales y grupos étnicos. Estas interacciones no son explicadas desde un sistema clásico lineal sino desde dos claves importantísimas: la auto-organización espontánea y el evento impredecible, nuevo pero contenido en la forma histórica y no en sus propiedades materiales. En los tres casos, podemos ver que se trata de la interacción de diferentes intensidades dinámicas (individuos-instituciones, ciudad-ambiente, dialectos-lenguas nacionales) que producen diferencias espaciales y territoriales mediante eventos específicos claves. En biología, al igual que en historia, podríamos decir que se trata de antievolucionismo que reconoce al igual que Darwin o Spencer la competencia, pero que no es de ninguna manera homogénea y lineal. En vez de ver como la humanidad ha usado su ambiente para manipularlo según su voluntad, DeLanda revierte el enfoque en como lo humano ha sido determinado por lo inhumano en el acontecer de la historia:

"Desde el punto de vista de la dinámica no-lineal de nuestro planeta, la delgada capa rocosa en la cual vivimos y que llamamos nuestra tierra y hogar es tal vez el componente menos importante. En realidad, si esperamos lo suficiente, si podemos observar la dinámica planetaria en escalas geológicas de tiempo, las rocas y las montañas que definen las características más estables y duraderas de nuestra realidad, se disolverían en la gran lava subterránea de la cual aquellas son nada más que endurecimientos temporales. De verdad, dado que es solo una cuestión de tiempo para que una roca o montaña sea re-absorbida en los flujos auto-organizados de lava que controlan la dinámica de la litosfera, estas estructuras geológicas representan una desaceleración temporal de esta fluida realidad. Es casi como que cualquier parte del mundo mineral, pueda ser definido al especificar su composición química y su rapidez de flujo: muy lento para las rocas, más rápido para la lava... Similarmente, nuestros cuerpos y mentes individuales son meras coagulaciones o desaceleraciones en los flujos de biomasa, genes, memes y normas. Aquí también estaríamos definidos tanto por los materiales que temporalmente enlazamos y encadenamos en nuestros cuerpos orgánicos y mentes culturales, como por la escala temporal de dicha operación. Si se da la escala de tiempo suficiente, es el flujo de la biomasa a través de redes de alimentación lo que importa, así como el flujo de genes a través de las generaciones, y no los cuerpos o especies que emergen de estos flujos. Dada una escala de tiempo suficiente, nuestros lenguajes son también momentáneamente desaceleraciones o endurecimientos de un flujo de normas que dan origen a una multitud de estructuras diferentes. La visión de mundo totalizante que dicha "geo-filosofía" genera se pondría en una camisa de fuerza si se introduce una terminología especial"

La historia humana son mineralizaciones de flujos, simbiosis y competencia de la biomasa misma. Desde un punto de vista geológico -que es el más extenso- los fósiles humanos así como las ciudades extintas pertenecen a este flujo geológico, así como las extinciones por epidemias o las desapariciones de grupos lingüísticos como parte de una historia infinitamente superior a la humana. Todas estas cuestiones son irreversibles, como vimos, puesto que lo que se repite es el cambio, y la historia es el más perfecto sistema -además de la termodinámica- de un sistema lejos del equilibrio y autoorganizado. Precisamente, la ausencia de tiempo en las ciencias físicas y sociales se debe a la presencia de esa escala temporal infinitamente superior a la nuestra que es confundida por nosotros como repetición inerte. Lo que pasa es que el flujo infinitamente lento (geología) o infinitamente rápido (virus y bacterias) no son medibles por nuestra humanidad. Por ejemplo, como dice DeLanda:
"Los centros urbanos, los organismos vivientes (y la historia geológica no son homeostáticas) no existen en un sistema de equilibrio interno sino que lejos del equilibrio, son atravesados por diferentes flujos de energía-materia que da origen a sus metamorfosis únicas"
En este nuevo concepto de historia, la no-linealidad (bifurcaciones complejas), el evento único producido por un flujo de masa energía virtual pero real da campo a una nueva concepción de tiempo y de humanidad, donde no es la identidad sino la intuición de la diferencia de cada momento como "repetición" de algo nuevo. La implicación epistemológica de la diferencia y la virtualidad da cuenta de un nuevo tipo de conocimiento que, además de explicar el mundo independiente de las esencias abstractas, no es representativo o espacial sino también producto de la actualización de las intensidades.

La Historia Intensiva y el Nuevo Materialismo
Deleuze & De Landa x Sergio Valverde
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