.

.
















asi sería, pues, el sonido "insípido": un sonido atenuado que se retira, que uno deja morir prolongadamente.
se oye aún, pero ya apenas; al ser cada vez menos perceptible, vuelve tanto más sensible ese más allá mudo donde va a anularse; y es su propia extinción, y su retorno al gran Caudal indiferenciado, lo que hay que escuchar. al desvanecerse, el sonido "insípido" nos hace acceder progresivamente de lo audible a lo inaudible, nos hace sentir el paso -continuo- de uno a otro; al liberarse poco a poco de su materialidad sonora, nos conduce al umbral del silencio, experimentado entonces como plenitud, a la raíz de toda armonia.
francois jullien elogio de lo insipido pp81