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¿cómo llegamos a creer que el futuro, al igual que el pasado, ya ha sucedido? ciertos términos, como "posmoderno", "poshumano" y "posapocalíptico", brindan algunas claves. El ritmo de nuestro siglo parecía predecible: la Primera Guerra Mundial en la segunda década; la Segunda Guerra Mundial en la cuarta; la Tercera Guerra Mundial en la sexta; y entonces el mundo tal como lo conocemos llegaría a su fin. Pero de algún modo las cosas no sucedieron cuando se suponía que habían de suceder. Y hacia la novena década no podemos dejar de sospechar que quizás sucedió y nosotros no nos dimos cuenta. en consecuencia el tiempo se escinde en un futuro falso en el que todos vivimos y un futuro verdadero que, en virtud de ser verdadero, no nos contiene (...)

Alvin Toffler, por su parte, para reforzar la sensación de que el futuro ya está gastado antes de llegar, habló de una aceleración que, con una frase que ahora parece anticuada, llamó "el choque del futuro". la llamada cultura "pop" cambia tan rápidamente que para ser actual hay que ser futurista, porque si uno se limita a estar al día, ya está obsoleto. la tecnología parece cambiar por lo menos con la misma rapidez, especialmente la tecnología de la información.

la sensación que experimentamos de que el tiempo se ha aplanado deriva, en parte, de la incertidumbre acerca del lugar que, como seres humanos, nos corresponde dentro de nuestras perspectivas del futuro. una sola mañana de sábado pasada mirando dibujos animados convencerá a los escépticos de hasta que punto nuestras imágenes de nosotros mismos son meros núcleos en los que es posible incorporar mecanismos cibernéticos (tema que fue extensamente desarrollado en Robocop). estas imágenes contienen algo más que la duda
habitual entre los jóvenes acerca de que la historia en general y la generación anterior en particular tengan algo útil que enseñarles. ellos apuntan a un sentimiento de que el tiempo mismo ha dejado de ser un concepto útil alrededor del que es posible organizar la experiencia. si quizá somos simulacros arrojados dentro del presente a partir de contextos previos, si no podemos imaginarnos en el futuro sin imaginar que ese futuro ha sufrido un cambio de fase y se ha convertido en un espacio diferente; si el futuro ya está gastado antes de que podamos realizar dichas perspectivas, pese a lo problemáticas que puedan ser; si todo esto es cierto, entonces el tiempo no está desnaturalizado. está obsoleto.

n. katherine hayles, "la evolución del caos", 1990, pp. 344-345