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como comenta Celia Lury, Benetton, al evitar la distinción entre ropa y piel, trata al color de la piel como una gama de colores de moda. Benetton produce una panhumanidad sorprendentemente hermosa, joven y con estilo, compuesta por técnicas de mezclado y emparejamiento. la diversidad, al igual que el ADN, es el código de códigos. en términos de Sarah Franklin, la raza se transforma en un accesorio de moda.

la estrella del pop Michael Jackson lleva este punto a su máxima perfección. las prácticas de morfosis de Jackson le han reconfigurado por medio de la raza, el sexo, el género, la especie y la generación, ampliando la escala de las "tecnologías" corporales escogidas e impuestas de la cirugía plástica, las enfermedades genéticas de la piel, las actuaciones "eróticas" en la vida "pública" y "privada", el vestuario, las costumbres, los videos musicales, y el mortal envejecimiento. en el video musical "black or white", Jackson se morfosea racialmente por medio de un ordenador. en la "vida real", mientras una enfermedad cutánea blanquea su piel, él altera sus rasgos faciales por medio de la cirugía estética, que produce efectos de raza, generación, género. Jackson está constantemente creando tropos de su cuerpo. Esto le convierte en un "representante" de ciencia-ficción de la humanidad y así es exactamente la manera en que se retrata a sí mismo.

niño afroamericano con un talento asombroso en sus inicios. Jackson se transformó en ni blanco ni negro, ni masculino ni femenino, ni hombre ni mujer, ni viejo ni joven, ni humano ni animal, ni persona histórica ni figura mitológica, ni homosexual ni heterosexual. estos cambios de forma fueron efectuados por medio de su arte, de la tecnología médica e informática de su cultura, y de las peculiaridades de su cuerpo. estaba claro que ni su breve matrimonio, y mucho menos con la hija de Elvis, le salvaría del estigma oximorónicamente irradicable de la morfosis. Ciencia y ficción implosionan con especial fuerza en su cuerpo icónico.

donna haraway, testigo modesto..., 1997, pp 295-296