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Dylan había actuado en Londres para promocionar su LP y le habían dispensado una acogida mucho más calurosa de lo que nadie esperaba. era el nuevo ídolo, como sabía Nico antes de conocerle. Dylan decidió entonces ir a parar unos días a Paris, pero no a cantar, sino a conocer a Hughes Aufray, que había traducido sus canciones al francés. fue así como tropezó con Nico por casualidad. se conocieron en la calle y fue ese amigo mutuo quien los presentó. Bob Dylan le dijo que la recordaba de La Dolce Vita y fingió sentir el suficiente interés como para que la invitara de inmediato a su estudio-departamento. se pasaron ahí esa noche y una semana: "era tan encantador. nunca había conocido a nadie como él: combativo, agradable y joven. no me tomaba muy en serio, pero por lo menos se interesaba por mi historia, que le pareció triste, especialmente lo de mi hijo. como era de Berlin, me preguntó si conocía al dramaturgo Brecht. yo le conté que Brecht había dirigido un teatro en Berlin, pero que teníamos prohibido ir porque se encontraba dentro del sector soviético. y entonces me dijo: "¿ves? eso nunca ocurriría en Norteamérica. por lo menos tenemos libertad para ver lo que queramos" "pero si son los norteamericanos los que no nos dejan pasar", le aclaré. aunque era un hombre que predicaba sobre política, no se sabía la historia al dedillo. y además, ¿qué me decía de William Burroughs? ¿acaso no habían prohibido su libro en su propio país? yo en Berlin me lo podía comprar".

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las informaciones aparecidas en la prensa sobre Brian Jones retrataban a un hombre tan tremendamente quemado que resulta difícil de creer que 64 mujeres -y menos aún Nico- en un mes anhelaran pasar un segundo en su compañía. "en realidad es muy fácil de comprender", aseguraba Nico. "era sexy. sabía seducir a las chicas. era un encanto hasta que cerraba la puerta con llave". en otra ocasión Nico dijo que prefería los Stones a los Beatles (a los que conocía de encontrarlos en fiestas), porque éstos pertenecían más al "mundo del espectáculo", mientras que los Stones "vivían más bien a costa del descaro y encajaban mejor con la idea que yo tenía de ser rebelde. quería estar en el centro y al límite, ¿me entendés? con los Beatles podía pasar un buen rato, pero lo que yo quería era pasar un mal rato. en ese sentido era un tanto alocada".
Nico expuso cinco ejemplos de sus encuentros con Jones, y en todos los casos sin excepción se evoca el recuerdo de alguien sumiso. en una ocasión el hecho de haber tomado anfetaminas había provocado en Jones nerviosismo e impotencia y, al querer mantener relaciones sexuales con ella y no conseguir una erección, la abofeteó y le dió un puñetazo en la cara que le dejó señales. en otra ocasión bajo los efectos de un trip, había intentado fijarle un broche en los labios de la vagina y le había hecho un corte. Nico aseguraba que solía introducirle un revolver cargado en la vagina como si fuera un consolador y aquella otra vez que un fotógrafo les vió en un hotel de Los Angeles, iban los dos de LSD y Jones la ató para someterla a una penetración anal, que practicó sin lubricación alguna. a consecuencia de ello, Nico empezó a sangrar profusamente, y ello le introdujo un "viaje desagradable", pero no se atrevió a pedir la atención de un médico del hotel hasta que estuvo sola y el viaje le hubo "bajado".

cuando Nico decía que se había sentido atraída hacia Brian Jones porque era "sexy", solo contaba medias verdades. había que tener en cuenta la fuerte atracción que sentía hacia el mundo del espectáculo. Jones representaba su pasaporte para traspasar la puerta abierta-a-todas-horas de su empresario, el hombre que una tarde la condujo a un lavabo y luego de tomar una raya de speed de primera calidad le había dicho: "voy a fundar un sello Rolling Stones. ellos serán los productores y yo también, y así podremos dar una oportunidad a la gente que queremos, como tú, Nico". para ser justos hay que decir que Nico veía a Andrew Loog Oldham como el espectáculo y a Brian Jones como la audición. así pues Nico soportaba los caprichos sádicos de Jones para consolidar su presencia cerca de Oldham. por lo demás deseaba fervientemente que en su relación se estableciera una verdadera correspondencia. de ahí que Nico tratara de hablar con Jones de poesía y también de música, "pero siempre estaba demasiado colgado para hablar de lo que fuera, y a menudo yo también".

del libro de richard witts, nico, 1993, pp. 117-118 y 136-142