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1965
El Radio de Acción era un lugar donde se reunían los que trabajaban en la sección de montaje eléctrico de Yoyodyne. El rótulo de neón verde que había en la puerta representaba con gran ingenio la superficie de un tubo osciloscópico en la que bailaban curvas de Lissajous formando figuras siempre distintas.
Había algo raro en la clientela: todos llevaban gafas y miraban con fijeza y en silencio. Un coro de gritos brotó de pronto de una especie de máquina de discos que había al otro extremo del local. Todo el mundo dejó de hablar. El camarero se acercó de puntillas con las consumiciones.
-¿Qué ocurre? –preguntó Edipa en voz baja.
-Stockhausen –la informó el camarero de barba grisácea, que estaba al día-, a los que vienen a primera hora les va el sonido de Radio Colonia. La marcha de verdad empieza más tarde. Este es el único bar de la zona que practica una política musical estrictamente electrónica. Hay que venir los sábados, a partir de medianoche es cuando empieza el Festival Sinusoide.
-¿Música electrónica en directo?- preguntó Metzger.
-Sí, amigo, al fondo hay un cuarto con osciladores de audio, sintetizadores y micros de contacto.