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teoría de las sonoridades metálicas

en 1929 Edgar Varese tuvo un sueño
y nosotros trabajábamos en el libreto
de esta ópera monstruo en la que Varese
había sustituído el templo de Bayreuth
por un tren de no sé cuantos vagones
que atravesaría a todo lo largo y ancho
un país entero.

Las ciudades se interrogan
Las bestias salvajes
emigran en la noche
¡Oh, anunciador de catástrofes!

(concebía la audición de sus obras, por parte del público,
como una especie de test, como una prueba de resistencia.
toda música escrita sencillamente para divertir
le era odiosa: "agua de bidet")