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(ay de quien no expresa lo inexpresable,
no entiende lo inentendible!)

¿El autor entonces no es nada más que un pretexto?


Michel Butor, al final de su ensayo sobre Baudelaire,

responde definitivamente a esta objeción.
"Algunos, escribe, estimarán más quizás que,
queriendo hablar de Baudelaire,
no he conseguido hablar más que de mí mismo.
Más valdría ciertamente decir que es Baudelaire
el que hablaba de mi.
Él habla de Ud."