miércoles, noviembre 03, 2010 4:39 p.m.
|

el mercado no nos provee una utopía de deseos que fluyen liberados sino más bien una distopía perfecta de lo genuinamente inhumano, de un maquinismo frío y no afectivo.
la imágen inversa del 11-S se presenta irrestiblemente: en lugar de aviones destruyendo los símbolos del capitalismo, es más bien como si el contenido financiero-capitalista de las torres se hubiera volcado sobre el mundo humano, disolviendo, destrozando.
(1974) Frankensteiniano cirujano de las ciudades. Laboratorio cibergótico de donde un proletariado modernista debería crecer, un proletariado constructivista cuyo heroísmo consistiría en maquinar un nuevo cuerpo inórganico por sí mismo capaz no sólo de resistir las inhumanas condiciones del trabajo sino también de disfrutarlas. un proletariado amnésico, que absolutamente desprovisto de nostalgia por los ciclo terrestres de la vida campesina, disfruta de sus pubs anónimos, sus arcadas de concreto y sus comidas sintéticas.
|