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futurópatas,
tantos muertos buscan voces vivas y cómo se empujan unos a otros!
la lucha entre ellos es aún más dura que la que tiene lugar entre nosotros, los vivos;
ellos luchan por mucho más; y el abatido nunca es muerto, simplemente es desplazado.


















¿cómo serán todos aquellos hombres? ¿cuánto aire le quedará a cada uno?
¿aprenderán a prescindir de los alimentos? ¿vivirán en la atmósfera y en el interior de la Tierra, repartidos en muchos pisos? ¿renunciarán a moverse y se limitarán a meditar?
¿no olerán nada más? ¿susurrarán?
¿resplandecerán?




















volverse impreciso,
ocultar la opinión propia,
decirlo todo aproximadamente,
degenerar en oráculo

dejar huellas, poquísimas
 


1979
Qué inseguridad, cuando se vivía sin teléfono. No se sabía nada durante mucho tiempo.
Y, sin embargo, la preocupación por otros seres humanos no ha disminuido.
Quizá incluso es mayor, ya que crece con cada llamada infructuosa.
La muerte es tan rápida como una llamada.
La inmediatez de la comunicación recuerda en todo momento a la muerte.
Lo que debe tranquilizarnos se convierte primero en sobresalto.




















octubre 1940
He aquí la prueba de que todo en ti es orgullo. Ahora que has reconquistado el permiso de telefonearle y escribirle, no sólo no lo haces, sino que siquiera sientes la necesidad ardiente de hacerlo. Lo cual podría ser también la prueba de que en todas las cosas buscamos solamente la posibilidad futura. Si sabemos que podremos hacer una cosa, estaremos contentos y acaso ni siquiera la hagamos.