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«Cacofonía radiofónica:

Un inconsciente que preside la elaboración del programa
ha cometido lo que queremos creer una imprudencia:
insertar en sándwich, entre la Gran obertura en si bemol de Mozart
y la Sinfonía patética de Tchaïkovski,
una obra de loco, pomposamente bautizada “electro-sinfonía”
y grandes ruidos de cacerolas con solo de cisterna
y fanfarrias de coches de choque…

La discusión continúa en la acera…

–Este Señor Varese debería ser fusilado en plena sesión…
Y no, eso sería aún hacer ruido, seguro que estaría contento.
Es la silla eléctrica la que conviene a este electrosinfonista»

(cf. Ferdinand Ouellette, Edgar Varèse, Seghers, 1966, p. 199).